Miami, (EEUU).- El magnate neoyorquino Donald Trump parecía imparable para conseguir la nominación presidencial del Partido Republicano tras su victoria en el “caucus” de Nevada, su tercera victoria consecutiva.
El populista millonario logró un 44.4 por ciento en este “caucus” (asambleas ciudadanas), que se unen a sus triunfos recientes en las primarias de los estados de New Hampshire y Carolina del Sur.
El senador cubano-americano Marco Rubio, de Florida, se afianza como el único candidato posible para frenar a Trump, tras haber quedado en segundo lugar con un 24.3 por ciento.
Rubio se vislumbra ya como el candidato preferido del ala tradicionalista del partido Republicano, tras el abandono de la campaña electoral de Jeb Bush, el ex gobernador de Florida y hermano e hijo de ex presidentes.
El también senador cubano-americano Ted Cruz, de Texas, quedó en tercer lugar con un 21.2 por ciento, dejando en claro que esta campaña electoral para la convención republicana del 18-21 de julio se ha quedado limitada a estos tres contendientes.
Los tres van a medir sus fuerzas el 1 de marzo, en el llamado “Súper Martes”, donde se celebrarán a la vez doce primarias y “caucus”, que podrían ayudar a Trump a acumular un número de delegados a la convención republicana de Cleveland (Ohio) que difícilmente podrán lograr Rubio o Cruz.
En ese día, están en juego 595 delegados por el partido Republicano y por el Demócrata, 1,004.
Para ser nominados candidato republicano para las elecciones presidenciales de noviembre se necesitan 1,237 delegados. Por el partido Demócrata, que celebrará su convención en Filadelfia del 25 al 28 de julio, se requieren 2,383.
Por los demócratas, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, tiene ya acumulados 502 delegados, mientras que su rival, el senador Bernie Sanders, solo cuenta, por ahora, con 70.
En Nevada, Rubio ha contado con cierta ventaja sobre Cruz. Pasó su infancia en Las Vegas, mientras que sus padres, inmigrantes cubanos, trabajaban en casinos, él en el bar y ella limpiando habitaciones.
También habrá logrado algo del voto latino, que representa el 17 por ciento del electorado del estado de Nevada, aunque estos suelen votar por candidatos demócratas.
Tras el abandono de Jeb Bush, Rubio se ha convertido en la única esperanza del “establishment” republicano para frenar a Trump, al que consideran que tiene pocas posibilidades ante Hillary Clinton en las elecciones de noviembre por sus extravagantes propuestas y populismo ultra conservador.
Los demócratas, por otro lado, estarían encantados que Trump fuera el candidato presidencial republicano y temen más a Rubio, según los analistas políticos.
En una campaña electoral presidencial, la edad avanzada de Sanders (de 74 años) o la de Clinton (68 años), quedaría muy evidente antes los 44 años de Rubio,
Rubio acaba de lograr el apoyo político de tres congresistas cubanos-americanos de Florida, que antes apoyaban a Bush: Ileana Ros-Lehtinen, Mario Diaz Balart y Carlos Cubelo.
Trump, que no se muerde la lengua para nada y dice lo que piensa, tiene patas arriba al partido Republicano. Se ha atrevido hasta a cuestionar al último presidente republicano, George W. Bush, cosa que nadie de su partido ha hecho públicamente.
El magnate constructor de hoteles y casinos acusó a Bush de mentir sobre las razones para invadir Irak en 2003 y se atrevió hasta insinuar que no protegió suficiente a Estados Unidos antes del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
A todo esto, se añade sus amenazas de qué si llega a la Casa Blanca, prohibiría la entrada a este país de los musulmanes y expulsaría los once millones de inmigrantes indocumentados, en su mayoría mexicanos y centroamericanos.
