Entre los evaluados se encontraban nueve miembros de la carrera policial, entre ellos, un policía clase III y ocho agentes de la escala básica. Entre el personal militar se contabilizó a 47 personas: un teniente coronel, dos mayores, uno de caballería y otro de infantería; un capitán de infantería, dos tenientes, suboficial uno de la Fuerza Aérea, nueve sargentos y siete sargentos raso; seis cabos, 16 soldados de infantería y un auxiliar.
Las pruebas fueron aplicadas en forma sorpresiva por un equipo de expertos de la Dirección de Medicina Forense del Ministerio Público, bajo la coordinación del equipo de Evaluación de la DIECP y las mismas se realizaron en la sede del Poder Ejecutivo.
Durante la toma de muestras se contó con el apoyo del Jefe del Estado Mayor Presidencial, general de brigada Andrés Felipe Díaz López; el subjefe, capitán de navío, Mauricio Alemán Quiroz y el Jefe de Inteligencia del Estado Mayor Presidencial, teniente coronel Mario Alberto Matute.
El Director Nacional Adjunto, Mario Enrique Chinchilla, explicó que la evaluación sorpresiva se realizó a petición del Presidente Porfirio Lobo, para confirmar o descartar el consumo de sustancias psicoactivas como cannabinoides (marihuana) y cocaína u otras drogas de abuso entre miembros de ese grupo élite que es responsable por la seguridad física del mandatario de los hondureños, la familia presidencial, la Casa de Gobierno y otros altos funcionarios que allí desempeñan sus labores diarias.
