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Al menos el 21 por ciento de la población centroamericana padece subnutrición

Tegucigalpa – Al menos el 21 por ciento de la población de Centroamérica padece subnutrición, según un documento de análisis del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) en Centroamérica hecho publico hoy en el marco de las celebraciones del “Día Mundial de la Alimentación”.
 

El documento establece que el dramático aumento de los precios de los alimentos en Centroamérica que golpea fuertemente a los hogares más pobres de la región, podría disparar los porcentajes de las personas subnutridas.

Señala que “muchas de las familias pobres y extremadamente pobres se están viendo obligadas a dejar de consumir la cantidad, calidad y diversidad de alimentos necesarios para cubrir las necesidades energéticas mínimas, lo que supone en el futuro riesgos tanto en el incremento de las tasas de desnutrición crónica como en el nacimiento de niños y niñas con bajo peso”.

Agrega que “el componente de acceso económico a los alimentos resulta crucial para establecer en qué medida se logrará reducir la proporción de personas que padecen subnutrición en Centroamérica”.

Revela que “contrario a la tendencia en el mundo y en América Latina de reducción en el porcentaje de población subnutrida, del 20 al 17 por ciento y del 13 al 10 por ciento, respectivamente, en Centroamérica se reporta un alza al pasar del 17 al 21 por ciento la población en este estado”.

Señala que “los hogares más pobres de la región son los que probablemente tienen Inseguridad Alimentaria Nutricional o se encuentran en alto riesgo de tenerla” debido a que los pobres no cubren sus necesidades básicas y los extremadamente pobres no cubren ni siquiera su alimentación.

Según la investigación, quienes más sufren este mal son quienes viven en el área rural, en donde, según cifras de organismos internacionales, el 61 por ciento de la población se encuentra bajo la línea de la pobreza y el 39,7 por ciento bajo la línea de la indigencia.

Explican que “dado que en Centroamérica de momento no hay falta de alimentos para un considerable número de familias tanto urbana como rurales, el alza de los precios afecta desde el punto de vista económico”.

“El alza de los precios en los alimentos se ha visto evidenciada en el incremento del costo de adquisición de la Canasta Básica Alimentaria de la población centroamericana que en promedio para la región fue del 25 por ciento, al comparar el costo entre diciembre 2006 y marzo/abril del 2008”, explica el documento.

Señala que el incremento en el precio de algunos alimentos indispensables en la dieta de las familias pobres, está restringiendo el acceso a los mismos.

D a t o s d e l p a t r ó n alimentario de familias vulnerables o en situación de inseguridad alimentaria con las que trabajan los Programas PESA en Centroamérica recogidos entre febrero y abril del 2007, indicaron que los alimentos consumidos por el 50 por ciento de la población rural con una frecuencia de al menos tres días a la semana, son: maíz en grano/tortilla, fríjol, arroz, aceite, azúcar, café, huevos y pan dulce, semitas o galletas.

Este patrón alimentario refleja una dieta monótona, carente de micronutrientes que adultos, especialmente mujeres en edad fértil y niñez. Una dieta en la que se cubren las necesidades de proteína, pero de origen vegetal, así como las necesidades de energía gracias al consumo del maíz.

Al analizar la variación en los últimos meses en los precios de cinco de los nueve alimentos del patrón alimentario de las familias extremadamente pobres, se tiene que los productos que mayor incremento han tenido en el precio de adquisición son el aceite vegetal (promedio del 21% en la región), el arroz (10%); en segunda instancia los huevos (6%) y, por último el maíz (3%). En el caso del frijol, los datos mostrados sugieren la necesidad de estudios puntuales para explicar su diferente comportamiento.

El documento establece que si bien es cierto el salario mínimo legal en la región registró un incremento promedio del 18 por ciento, éste no cubre los costos de la canasta básica alimentaria.

Dice que en términos reales el incremento en el salario mínimo, tanto para las actividades agrícolas como no agrícolas, es apenas significativo puesto que la inflación se incrementó entre diciembre del 2006 y diciembre del 2007, prácticamente en todos los países, a excepción de El Salvador: un 15% en el caso de Costa Rica; 23% en Honduras; el 51% en el caso de Guatemala; 68% en Panamá y el 80% en el caso de Nicaragua.

“El poder adquisitivo del salario mínimo legal, agrícola y no agrícola, vigentes con relación al costo de la CBA a marzo/abril 2008, sólo es favorable para Costa Rica (…); Para el resto de países, bajo el supuesto de que las familias devengaran al menos un salario mínimo mensual, apenas les alcanzaría a cubrir el costo de la CBA. Los datos más preocupantes en cuanto al poder de compra, son los de Nicaragua y Honduras, puesto que apenas alcanzan a cubrir el 50% del costo de la CBA”, anota.

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