Tegucigalpa – Alejandro Moncada, es guardia de seguridad, él es uno de los más de 50 mil miembros de un ejército de hondureños que se dedican a este menester en un país donde la violencia y el crimen, organizado y común, han robado la tranquilidad a la población.
Pese al alto riesgo del oficio, en Honduras, los guardias de seguridad reciben salarios modestos que rondan entre los cuatro y siete mil lempiras.
Las opciones laborales no son muchas en momentos donde la economía hondureña muestra una cara desalentadora. El desempleo afecta a cerca de la mitad de la Población Económicamente Activa. Industrias antes vigorosas, como la construcción, expone una caída significativa, mientras el 2013 inicia con recortes de personal en varias empresas. El descalabro fiscal augura un panorama que se complica aún más frente a la crisis internacional que afecta a los tradicionales socios comerciales, Estados Unidos y Europa.
Toscano, el joven guardia, vive en la marginal colonia Villafranca de Comayagüela y para llegar a su lugar de trabajo aborda dos buses cada mañana. Igualmente en su retorno a casa. El gasta diariamente 16 lempiras en transporte, un rubro que según anunció el ministro de Obras Públicas, Vivienda Y Transporte, Miguel Gámez, pasará a costar, siete lempiras.
El cambio del precio regular (cuatro lempiras), va acompañado del ofrecimiento de unidades vehiculares nuevas. Lo grave para el bolsillo de los usuarios como Alejandro Toscano es que el valor del boleto se incrementa en alrededor de 75 por ciento.
Alejandro gana seis mil lempiras al mes y ese dinero debe alcanzarle para alquilar vivienda, alimentarse él y su familia y cubrir las más elementales necesidades humanas. Por eso este hombre que emigró de Olancho a la capital hondureña, en busca de mejores oportunidades, confiesa su desesperación porque la situación, dice, le asfixia cada día más. Él sabe que pende sobre su bolsillo el incremento al trasporte que ya se anunció oficialmente y que desplazará paulatinamente el servicio más económico.
Los buses de Alicia, pero pasajeros van de pie
Ramos parece estar lejos de las condiciones de pobreza en que vive un 67 por ciento de los 8.2 millones de hondureños.
Y al igual que se ofrece cada vez que se prepara un incremento al servicio de transporte, el director Ramos dijo que las nuevas unidades contarán con “aire acondicionado y puertas especiales”.
Pero luego de las explicaciones al mejor estilo del país de Alicia, el funcionario reveló que las nuevas unidades, a diferencia de las existentes, no tendrán asientos y que los pasajeros viajarán por la quebradiza geografía de Tegucigalpa, de pie.
Las rutas aún no se establecen dijo el funcionario.
Con los mismos registros
Mientras tanto, el empresario del transporte, Jorge Lanza, dijo que el nuevo sistema de transporte vendría a funcionar con los mismos números de registro de los buses amarillos, como se conocen popularmente los que cuestan cuatro lempiras, al tiempo que reconoció que así funcionan los de servicio ejecutivo que cobran 11 lempiras.
“Este servicio va a ser algo igual como el ejecutivo, que se van a eliminar algunos buses amarillos y se van a implementar estos para dar el mismo servicio con los mismos números de registro”, subrayó.
Además, detalló “los números que andan puestos en los laterales las unidades ejecutivas son los números que tenían los buses amarillos”.
Servicio público en cifras
Se estima que unas 1,500 unidades del transporte público circulan en el Distrito Central, los cuales son utilizados por cerca de 900 mil capitalinos a los largo de 32 rutas que son recorridas entre las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela.
Sumado a los constantes incrementos, los usuarios están obligados a vivir desagradables experiencias al abordar estas unidades porque las mismas se encuentran en malas condiciones en su mayoría.
Los viajeros se exponen permanentemente a la delincuencia sin que los empresarios del rubro tomen las prometidas medidas de protección.
Los propietarios reciben por cada unidad 575 lempiras de subsidio y 500 lempiras como bono, diariamente, a pesar de que una gran cantidad circula bajo la modalidad de ejecutivos, cobrando una tarifa de 11 lempiras.
En febrero de 2012, el director del Transporte solicitó al Congreso Nacional, una ampliación presupuestaria por más de 200 millones de lempiras para pagar 750 lempiras diarios por 26 días mensuales a las 1,625 unidades del transporte urbano que recorren la capital.
No obstante, en su momento, el ministro Gámez reconoció que el estado eroga unos 364 millones de lempiras anuales por concepto de subsidios a los transportistas.







