El canciller hondureño se refirió así al escándalo ocurrido en la sede diplomática de Tegucigalpa en Bogotá, en el cual estuvieron involucradas prostitutas y personal ajeno a la misión hondureña.
El incidente fue provocado por un empleado personal del entonces embajador hondureño Carlos Rodríguez, quien organizó una fiesta sexual que desencadenó una serie de actos inapropiados.
Por este incidente el jefe de misión fue destituido de su cargo y la comisión que investiga los hechos está a punto de concluir el informe, según externó el canciller Corrales.
El escándalo no provocará destituciones de ningún otro miembro de la embajada hondureña en Colombia, aunque más adelante se hará una reestructuración producto de una política general de cambios en el servicio exterior, aseguró el jefe de diplomacia hondureña.
Corrales dijo que en las próximas sesiones del Congreso hondureño y a puertas cerradas, la Cancillería presentará ante el Legislativo un proyecto de ley tendiente a modificar las estructuras de las legaciones en el mundo.
El ministerio de Relaciones Exteriores cuenta con 804 empleados entre locales y externos, de los cuales al menos unos 140 no cumplen las funciones para los que fueron designados.
En ese sentido, el canciller dijo que la nueva normativa comprende la homologación de sueldos, la estructura escalafonada y profesionalizada, así como las rotaciones periódicas.
Corrales indicó que algunos consulados hondureños cuentan con hasta 25 personas asignadas, un hecho que no es coherente con el número máximo que es de ocho funcionarios que deben operar en cada una de las misiones consulares.
Para el canciller, la reestructuración no implica destitución de funcionarios sino que traslados y reubicación de acuerdo a las necesidades de la geopolítica hondureña.
