El proyecto del «Consenso de San Salvador sobre Modalidades de Participación en la Conferencia Iberoamericana» será debatido este miércoles por los ministros de Asuntos Exteriores iberoamericanos y contempla también la invitación a organismos internacionales con la categoría de «Observador consultivo».
Según el texto, al que tuvo acceso Efe, «podrán solicitar la categoría de Observador asociado» los Estados que «compartan afinidades linguisticas, culturales y/o geográficas» con los países iberoamericanos, o «que puedan realizar aportaciones significativas».
Los solicitantes «deberán asumir expresamente el acervo integrado por los valores y principios orientadores de la Conferencia Iberoamericana», agrega.
Con más de 40 millones de hispanohablantes, Estados Unidos es uno de los países que podrían incorporarse como «observador asociado», señalaron fuentes próximas a los trabajos preparatorios de la cumbre de San Salvador.
Para ser admitido, se requerirá la «aceptación por unanimidad» de los países que forman parte de las cumbres iberoamericanas.
Esa exigencia de unanimidad puede dificultar, a corto plazo, la participación de países como Estados Unidos.
El procedimiento para ser admitido comenzará con una solicitud del Estado interesado que será tramitada por la Secretaria General Iberoamericana, al frente de la cual está en la actualidad Enrique Iglesias.
Una vez admitidos, podrán asistir a las sesiones públicas de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno «sin voz ni voto», aunque, «en casos especiales y siempre que ese Estado esté representado por su máxima autoridad, podrán hacer uso de la palabra en las condiciones que el país anfitrión estipule».
El texto agrega, que podrán intervenir también a petición de la Secretaría Pro Tempore de la Cumbre y podrán asimismo presentar comunicaciones «con la aprobación de la Presidencia de turno».
En la reunión, ocuparán un lugar especial, diferente del de los Estados miembros», según la propuesta.
Fuentes del Gobierno español señalaron que «muchos Estados y organismos internacionales han manifestado interés en participar» en las reuniones iberoamericanas, lo que es «un síntoma de dinamismo y vitalidad».
En el caso de los organismos internacionales, podrán solicitar la categoría de «Observador Consultivo de la Conferencia Iberoamericana», aquellos que «puedan contribuir al fortalecimiento, la promoción y la proyección del espacio iberoamericano realizando aportaciones significativas al mismo, y que cuenten con una Secretaría u Órgano Comunitario» que pueda actuar como enlace.
Tendrán prioridad los organismos intergubernamentales subregionales formados por países miembros de la Conferencia Iberoamericana.
Para las solicitudes de admisión se seguirá el mismo procedimiento que en el caso de los países que piden ser «Estado Observador Asociado».
El documento prevé también la creación de un Registro de Redes Iberoamericanas para «fortalecer el espacio iberoamericano, potenciando y favoreciendo la articulación de los distintos actores que realizan tareas significativas en la región».
El registro estará bajo la responsabilidad de la Secretaría General Iberoamericana y la inclusión en el mismo habilitará a las redes a utilizar la denominación «Red Iberoamericana».
El documento explica que se entiende por red «el conjunto o grupo de organizaciones (personas jurídicas) sean o no gubernamentales, entidades de carácter público, organismos o dependencias gubernamentales o mixtas, que estén integradas por no menos de siete miembros».







