Al menos 33 personas murieron en Honduras tras once días de lluvias, que afectaron a un total de 270.500 personas, según los datos facilitados el pasado viernes por la Comisión Permanente de Contigencias (COPECO).
El gobierno hondureño ha solicitado formalmente ayuda humanitaria a varios países, así como a Naciones Unidas.
Un total de 42.234 personas tuvieron que ser evacuadas, de las cuales 38.600 se encuentran en refugios ya que unas 10.000 casas quedaron inundadas por las aguas.
Asimismo, según los últimos datos de la OCHA, 100.000 hectáreas cultivables quedaron afectadas, muchas carreteras quedaron destruidas y el 40 por ciento de las ciudades y pueblos del país quedaron afectadas.
A pesar de que las lluvias han remitido esta semana, está llegando al país un frente frío que podría complicar aun más la situación, dado que en algunas áreas el acceso sólo es posible por barco.
Las autoridades temen que se propaguen enfermedades gastrointestinales por la contaminación del agua y las precarias condiciones de salubridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado al país un grupo de expertos para evaluar la situación y actuar según las necesidades.







