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Impuesto a remesas, TPS incierto y aranceles, ¿Cuál es la política de Castro?

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Honduras enfrentará casi todo su segundo semestre del 2025 a tres amenazas, que, de concretarse, provocarán un golpe devastador a su economía y, se prevé, tensarán sus relaciones con Estados Unidos, su principal aliado estratégico, de continuar las iniciativas: impuesto a las remesas, aplicación de un arancel a sus exportaciones y la perspectiva de un final al Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).

-El golpe a la economía entre impuesto a las remesas y aranceles estaría entre los 550 a 700 millones de dólares en caso de concretarse.

Las tres iniciativas de la actual administración del presidente estadounidense Donald Trump encendieron las alarmas entre el gobierno, los empresarios y economistas independientes, ya que las mismas de concretarse significarán un golpe demoledor a la economía hondureña y a la población familias, por su impacto extendido entre las familias receptoras, las empresas al deteriorarse el consumo y los golpes a las reservas internacionales, que sostienen el tipo de cambio.

Hasta el momento las declaraciones gubernamentales se han centrado en indicar que las mismas no están en firme y que falta una declaración o decisión final en cada una de las tres iniciativas.

De concretarse las tres decisiones, el país se vería golpeado ya que hay tres millones de personas que dependen de las remesas enviadas por los 1.5 millones de hondureños que residen en Estados Unidos, en el caso del 10 % a los aranceles impactará al sector exportador, en especial a la maquila que de por sí ya ha dejado antes 55 mil empleos perdidos y el TPS implicaría a 55 mil hondureños y sus respectivas familias.

El BCH en su Programa Monetario de este 2025 estimó en 10 mil millones de dólares las remesas que el país recibirá.

Temido golpe a las remesas

El más temido es el impuesto a las remesas incluido en el paquete fiscal enviado por Trump al Congreso y que ya pasó la primera etapa al ser aprobado en la Cámara de Representantes y ahora pasa al Senado, también controlado por los republicanos.

El proyecto en discusión impone un impuesto del 3.5 % al envío de remesas, el cual debe ser pagado por el remitente y cobrado por la remesadora que luego lo entrega al Tesoro de Estados Unidos.

El Banco Central de Honduras (BCH) en su Programa Monetario de este 2025 estimó en 10 mil millones de dólares las remesas que el país recibirá de los compatriotas que radican en el extranjero.

Para la economista Liliana Castillo, expresidenta del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), de aprobarlo el Senado el impacto del impuesto será entre 350-500 millones de dólares.

“Estaríamos hablando de entre 350 y 500 millones de dólares que sería el efecto en nuestra economía, esto tendría varios impactos. Por un lado, afectaría el nivel de reservas internacionales netas porque en el Programa Monetario se consideraron la entrada de 10 mil millones de dólares en 2025, pero con este impuesto, este ingreso ya va a ser menor”, pormenorizó.

 El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) calificó la medida como un golpe directo a las familias más vulnerables, recordando que más de un millón de hogares hondureños dependen de las remesas para sobrevivir.

El ministro de Economía, Fredy Cerrato, dijo a Proceso Digital en un mensaje escrito que “los aranceles están suspendidos” actualmente.

Aranceles, golpe a exportaciones

La guerra comercial iniciada por Trump contra sus principales rivales económicos globales, China, Unión Europea, Japón y Gran Bretaña, golpeó indirectamente a las naciones más débiles, como Honduras.

Y es que Trump aplicó un arancel mínimo del 10 % para todos, mientras a los más grandes aplicó porcentajes mayores, pero diferenciados de acuerdo a cada socio comercial.

De acuerdo con la memoria del Banco Central de Honduras (BCH), el 2024 Honduras exportó 2,003.8 millones de dólares al mercado estadounidense, lo que significa que de mantenerse el arancel del 10 % para ingresar a suelo norteamericano los productos hondureños pagarían 200.3 millones de dólares a la aduana de Washington.

Ello les restaría competitividad a los productores hondureños, así como menos dinero en las cajas empresariales.

Consultado el ministro de Economía, Fredy Cerrato, por las acciones gubernamentales sobre el tema de los aranceles, le dijo a Proceso Digital en un mensaje escrito que “los aranceles están suspendidos” actualmente.

Efectivamente el gobierno de Trump suspendió la aplicación de aranceles por 90 días a la espera de negociaciones con las partes.

Washington ya negoció con los pesos pesados como China, Japón, Gran Bretaña y está pendiente con la Unión Europea, pero se desconoce con las naciones pequeñas.

El actual permiso TPS vence el 5 de julio del 2025.

La agonía del TPS

Mientras alrededor de 55 mil familias hondureñas se encuentran en agonía, ya que el gobierno estadounidense no comunicó nada sobre si extendería el permiso de residencia temporal o TPS a los beneficiados con esta medida, efectiva desde enero de 1999, como paliativo a los efectos del destructor huracán Mitch.

El actual permiso vence el 5 de julio del 2025 y Washington debería haber comunicado el 5 de mayo si extendía el permiso o lo cancelaba, pero el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) no emitió comunicado alguno.

De manera que los hondureños se encuentran en el limbo al no conocer si sus permisos serán extendidos o cancelados.

Los antecedentes de la actual administración no augura nada positivo, más por las acciones del gobierno de Trump de combatir vigorosamente en los tribunales sus medidas antiinmigrantes con el fin de deportar a la mayor cantidad de indocumentados.

Los tribunales federales ya fallaron a favor del gobierno federal en el caso de los venezolanos y los hondureños, junto a otros centroamericanos, esperan la determinación que impactará en su futuro.

A lo anterior se suma que las capturas de inmigrantes indocumentados y sus deportaciones se intensifican y Trump ha dejado claro a sus secretarios y demás personal que desea que la cantidad de viajes de salida sean mayores, mientras tanto, en Honduras, más allá de la espera sobre las decisiones finales, el accionar del gobierno languidece en la víspera de momentos que pueden derivar en una crisis de grandes proporciones sociales y económicas, en un país que vive inmerso en un ambiente preelectoral cargado de incertidumbre. (PD).

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