Tegucigalpa – El economista Ismael Zepeda advirtió que el 2025 se perfila como un año perdido para la economía hondureña, debido a la combinación de factores internos y externos, siendo el proceso electoral uno de los elementos más determinantes en el estancamiento económico proyectado.
Zepeda explicó que hay señales claras de deterioro económico, entre ellas el aumento del desempleo, la disminución de pedidos a la industria maquiladora por parte del principal socio comercial de Honduras, Estados Unidos, así como la limitada atracción de inversión extranjera directa. “Estas son muestras contundentes de lo que está ocurriendo en el país y reflejan una economía que sigue sin rumbo claro”, sostuvo.
El economista también subrayó que el contexto internacional incide fuertemente en el desempeño económico local. “Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, ha implementado nuevas políticas arancelarias que afectan la demanda de productos. Esto ha provocado una baja en las divisas que ingresan al país y tiene un efecto directo en nuestro crecimiento económico”, apuntó.
A pesar de que las autoridades presentan proyecciones optimistas, Zepeda afirmó que en la práctica no se observa ningún impacto positivo real. “No hay dinamismo, no hay crecimiento efectivo. Y gran parte de eso tiene que ver con el mal manejo del Estado, la ausencia de un verdadero Estado de derecho y la falta de seguridad jurídica”, expresó.
El experto hizo un llamado a replantear las políticas públicas con visión de largo plazo y no seguir postergando las soluciones estructurales que demanda la economía hondureña.
Para Zepeda, en medio de este panorama, el proceso electoral de 2025 agrava aún más la situación. “La incertidumbre que genera el ambiente político, las tensiones electorales y la poca claridad sobre el rumbo que tomará el país ahuyentan aún más a los inversionistas. Ningún empresario serio va a arriesgar su capital en un país donde predomina la inseguridad jurídica y política”, concluyó. LB